Nuestras sociedades atraviesan una profunda crisis de valores, en la que la violencia, la anarqu铆a y el desprecio por la dignidad humana se han vuelto una constante amenaza. Sin embargo, generalizar a toda una sociedad a partir de las acciones de unos pocos grupos antisociales ser铆a caer en el mismo error que criticamos de quienes juzgan a todos los migrantes por los delitos cometidos por unos pocos.
En nuestra experiencia en este pa铆s, hemos tenido la oportunidad de conocer a muchos chilenos solidarios: el compa帽ero de trabajo, el vecino amable, el que, frente a lo sucedido con Deivid, rechaza los hechos y se solidariza con todos aquellos que sufren situaciones similares.