Enfrentar el duelo migratorio es un proceso complejo, dónde puedes permitirte sentir y expresar emociones, como la tristeza o la nostalgia. Buscar el apoyo de familiares, amigos o grupos de apoyo puede ser muy beneficioso para compartir experiencias y encontrar comprensión.
Adaptarse a la nueva cultura y entorno también es clave. Explorar y aprender sobre la comunidad local, sus tradiciones y costumbres puede brindar un sentido de pertenencia. Mantener contacto con la cultura de origen a través de la comida, música o actividades culturales puede ser reconfortante.
Establecer rutinas y mantener hábitos saludables contribuirá a una transición más suave. La práctica de ejercicio, meditación o yoga puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Asimismo, buscar ayuda profesional si es necesario, como terapia, puede ser una herramienta valiosa para procesar emociones y adaptarse al cambio.
Recuerda que enfrentar el duelo migratorio es un proceso único para cada persona. Ser paciente consigo mismo y permitirse tiempo para sanar y adaptarse es esencial en este viaje de transformación.
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