Padres de frontera y coraje
A los que cruzaron mares y desiertos,
dejando atrás su nombre en el polvo del camino.
A los que duermen con el alma en dos países,
y trabajan con el cuerpo en mil oficios.
A los que callan el miedo y alzan la frente,
aunque una patrulla ronde su esperanza.
A los que abrazan por videollamada
y guardan dibujos en sus billeteras gastadas.
A los que no vieron el primer paso,
pero mandaron zapatos con amor envuelto.
A los que levantan ciudades invisibles
mientras sueñan con volver a casa, o con que sus hijos no regresen jamás a la pobreza.
A los que murieron en la distancia,
y su tumba es el aire entre dos países.
A los que fueron arrancados de sus hijos
como ramas de un árbol aún verde.
Padres migrantes,
ustedes son la frontera del amor y del sacrificio.
Ustedes son los pilares de una nueva vida,
aunque los gobiernos nieguen su historia.
Hoy no hay flores, ni asado en familia,
pero hay memoria.
Y en ella, ustedes viven.
Gracias por no rendirse.
Gracias por amar tanto, incluso en el exilio.
Gracias por enseñarnos que el amor también migra,
pero nunca abandona.
Que el viento les lleve este poema como un abrazo,
y la esperanza les encuentre en cada amanecer.
Feliz día del padre a ti papá migrante.