Un reciente análisis de datos del Ministerio de Salud y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revela una marcada diferencia en la utilización de servicios hospitalarios entre la población chilena y migrante. Según el informe, la tasa de hospitalización de personas migrantes en el sistema público alcanza apenas 31,97 hospitalizaciones por cada 1.000 habitantes, frente a las 87,47 hospitalizaciones por cada 1.000 habitantes que registra la población nacional.
Esta diferencia ha sido consistente desde el año 2015. Las cifras sugieren que, proporcionalmente, los migrantes hacen un uso considerablemente menor de la red hospitalaria pública, a pesar de representar casi el 10% de la población nacional.
En cuanto a las causas de hospitalización, también se observan importantes diferencias. Entre los migrantes, más del 50% de los egresos hospitalarios están relacionados con el embarazo, parto y puerperio, mientras que en los chilenos estas causas representan entre el 15% y el 19% de las hospitalizaciones. Esto se explica, en parte, por la alta proporción de mujeres jóvenes en edad fértil dentro de la población migrante.
Para el sociólogo Marcos Garzón Martínez, investigador de la ONG @inmigrantesmayores, este fenómeno tiene múltiples explicaciones. “Existe un llamado ‘efecto inmigrante sano’, que se observa en muchos países: quienes migran tienden a ser personas jóvenes, activas y en buenas condiciones de salud. Pero además hay factores estructurales. Muchos migrantes, aunque estén afiliados a FONASA, no acceden con la misma facilidad al sistema por barreras lingüísticas, falta de información o temor a la discriminación”, explica.
Garzón también advierte que esta baja tasa de hospitalización no debe interpretarse como ausencia de necesidad, sino como posible subutilización del sistema de salud, lo que puede acarrear consecuencias en el mediano plazo si no se refuerzan las políticas de integración sanitaria.
Los expertos coinciden en que estos datos deberían ser considerados en el diseño de estrategias inclusivas en salud, que permitan garantizar el acceso efectivo de toda la población, independiente de su origen.