En los últimos días se dio a conocer el caso de un niño de 10 años con diagnóstico de TEA, quien sufrió graves lesiones tras ser empalado en una estructura ubicada en el patio de la Escuela Cervantes Básica, en la comuna de Santiago.
El hecho fue denunciado por la madre del menor, Macarena Undurraga, en una reseña con Radio Biobío, donde afirmó que desde el establecimiento intentaron minimizar el incidente, describiéndolo como un “accidente escolar”.
Durante la entrevista, se señaló que los presuntos responsables del hecho serían jóvenes mayores que la víctima, de nacionalidad venezolana, quienes, después de herirlo, se burlaron mientras lo veían desangrarse. Sin embargo, la familia emitió un comunicado en el que lamenta la tergiversación de las declaraciones de la madre de Álvaro, aclarando que en ningún momento ella mencionó la nacionalidad ni la edad de los menores involucrados. Hasta el momento de esta publicación, no se ha conocido la versión de la periodista ni del medio que realizó la entrevista.
La información difundida por Radio Biobío en nombre de la madre, y que hoy la familia desmiente, ha desatado una de las olas más críticas de xenofobia contra la comunidad venezolana en Chile. Esto ha provocado la realización de convocatorias para exigir la expulsión de todos los venezolanos del país, así como cientos de amenazas en redes sociales, incluso contra niños migrantes.
Desde el equipo de El Inmigrante, oramos por la pronta recuperación de Alvarito, por que la justicia determine responsabilidades en su caso, y por que se esclarezca el uso del hecho lamentable para fomentar delitos de odio contra la comunidad migrante.