Durante las últimas semanas diferentes hechos delictivos asociados con personas migrantes han generado un cambio en la agenda gubernamental en materia de migración y seguridad publica.
Puntos de prensa, planes de contingencia y numerosas modificaciones legislativas, son titulares de la prensa nacional, sin embargo el gran ausente en este debate, es la eterna espera que deben someterse las personas migrantes por obtener sus permisos migratorios, personas que ingresaron de forma regular al país, que cumplieron con todas sus obligaciones en los tiempos establecidos, pero que por más de dos años son sumidos a la precariedad del indefinido estado de “en trámite”.
En diferentes vocerías políticas, se escucha con frecuencia que no se debe tolerar la permanencia en el país de los migrantes que hacen las cosas mal, pero ¿qué pasa con los derechos los migrantes que cumplen con la normativa migratoria?¿Qué pasa con aquellos migrantes que pierden oportunidades laborales, bancarias o que requieren hacer un viaje de urgencia fuera de Chile y que la respuesta que reciben es que será a su riesgo la salida del país?
Una gestión migratoria adecuada, debe asumir la migración con una visión integral, que entienda las personas migrantes como sujeto de deberes, pero también de derechos, que aspiran que no sólo se muestre celeridad para, mediante leyes, escurrir el señalamiento público, sino también en que se procuren procesos dignos, ajustados a la celeridad administrativa de los nuevos tiempos y por los cuales las personas migrantes pagaron y cumplieron con los requisitos de ley. No pedimos que nos regalen nada, sólo que se cumplan con la ley de la que selectivamente se habla.
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Atte. @elinmigrante.cl