Cuando una persona es ajena a tus costumbres o a tu cotidianidad es natural que te genere dudas o desconfianza, pero cuando est谩s dudas son alimentadas por la desinformaci贸n y la mentira, los resultados son de alta peligrosidad para las sociedades.
Hay actuaciones de algunos migrantes que podemos repudiar o considerar indebidas, pero de all铆 a validar mensajes como que “todos los motochorros, secuestradores o sicariatos son exclusivamente migrantes” o que “a los migrantes sin documentaci贸n les entregan beneficios de vivienda en prioridad sobre los nacionales” solo tienen como objetivo sembrar odio y promover la xenofobia.
Nadie puede desconocer las complejidades que ha generado en la regi贸n los altos flujos de personas venezolanas que hoy buscan fuera de sus fronteras la estabilidad que su patria hoy no les garantiza y sabemos la implicaciones internas que esto acarrea a los pa铆ses receptores y la necesidad que ellos tienen de regular sus pol铆ticas de gobernanza en la materia, pero por esta contingencia no se pueden validar mensajes que afirman que la mayor铆a de las personas migrantes vinieron a Chile a delinquir, o que la mayor铆a de las personas migrantes vienen a servirse del estado en desmedro de los nacionales.
Lo que si es verdad es que la mayor铆a de los 7 millones de venezolanos en el exterior son hombres y mujeres con gran sentido del trabajo y la responsabilidad, destacados y muy queridos en sus pa铆ses de acogida por su valor y aporte en las ciencias, comercio, artes, cultura, deporte, etc. Datos validados por diferentes estudios nacionales e internacionales que se apalancan en el fortalecimiento de la mano de obra, el crecimiento del producto interno bruto y la baja relaci贸n de criminalidad de venezolanos vs nacionales publicados por las autoridades con competencia para se帽alar.
Que nadie instale la mentira, sobre la verdad.
Editorial
@elinmigrante.cl