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Un cambio relevante se observa en el panorama migratorio laboral en Chile. Desde 2017 los venezolanos encabezaban la lista de visas laborales, pero en los últimos años la fuerza de trabajo boliviana ha tomado protagonismo, desplazándolos al segundo lugar.
Los datos del Servicio Nacional de Migraciones revelan que, al cierre del primer trimestre de 2025, los bolivianos lideraron en este tipo de permisos: entre enero y marzo recibieron 39.114 visas, un aumento de 869% respecto al mismo período de 2024 y 319% más que las 9.322 entregadas a venezolanos.
La tendencia se consolidó al final del primer semestre. De enero a junio se otorgaron 70.191 visas laborales a bolivianos, un incremento de 533% en un año. En contraste, los venezolanos sumaron 14.242, una baja de 21,3%. Luego siguieron los colombianos con 6.932 y los peruanos con 5.544. En total, en el semestre se entregaron 115.034 permisos para extranjeros, lo que equivale a un alza de 188% en comparación con 2024.
El Servicio de Migraciones destaca dos hechos: la consolidación de Bolivia como principal solicitante de visas laborales y el estancamiento de colectivos que antes crecían con fuerza, como venezolanos, colombianos y haitianos. Para ilustrar el cambio, recuerda que en 2022 los bolivianos representaban apenas el 6,9% de las visas, mientras que a junio de 2025 alcanzan el 61%. Los venezolanos, en cambio, pasaron de un 51,7% a un 12,4%.
Según el organismo, el auge boliviano responde principalmente a la alta demanda de mano de obra temporal en la agricultura y al hecho de que un flujo que antes era irregular ahora se encauza por vías regulares. A ello se suman medidas de fomento a la regularidad migratoria, como la gratuidad de la visa y el acuerdo bilateral alcanzado con Bolivia.

Un cambio relevante se observa en el panorama migratorio laboral en Chile. Desde 2017 los venezolanos encabezaban la lista de visas laborales, pero en los últimos años la fuerza de trabajo boliviana ha tomado protagonismo, desplazándolos al segundo lugar.
Los datos del Servicio Nacional de Migraciones revelan que, al cierre del primer trimestre de 2025, los bolivianos lideraron en este tipo de permisos: entre enero y marzo recibieron 39.114 visas, un aumento de 869% respecto al mismo período de 2024 y 319% más que las 9.322 entregadas a venezolanos.
La tendencia se consolidó al final del primer semestre. De enero a junio se otorgaron 70.191 visas laborales a bolivianos, un incremento de 533% en un año. En contraste, los venezolanos sumaron 14.242, una baja de 21,3%. Luego siguieron los colombianos con 6.932 y los peruanos con 5.544. En total, en el semestre se entregaron 115.034 permisos para extranjeros, lo que equivale a un alza de 188% en comparación con 2024.
El Servicio de Migraciones destaca dos hechos: la consolidación de Bolivia como principal solicitante de visas laborales y el estancamiento de colectivos que antes crecían con fuerza, como venezolanos, colombianos y haitianos. Para ilustrar el cambio, recuerda que en 2022 los bolivianos representaban apenas el 6,9% de las visas, mientras que a junio de 2025 alcanzan el 61%. Los venezolanos, en cambio, pasaron de un 51,7% a un 12,4%.
Según el organismo, el auge boliviano responde principalmente a la alta demanda de mano de obra temporal en la agricultura y al hecho de que un flujo que antes era irregular ahora se encauza por vías regulares. A ello se suman medidas de fomento a la regularidad migratoria, como la gratuidad de la visa y el acuerdo bilateral alcanzado con Bolivia.
Migrar es, en muchos sentidos, una ruptura con lo conocido. No solo implica cambiar de país, costumbres y entornos, sino también enfrentarse a un espejo distinto de uno mismo. Muchas personas descubren en el proceso que habilidades que nunca imaginaron tener salen a flote en medio de la necesidad. Lo que comienza como una estrategia de supervivencia termina, en no pocos casos, convirtiéndose en un proyecto de vida.
Pensemos en quienes crecieron en familias donde el destino parecía escrito: oficios heredados, profesiones transmitidas de generación en generación o entornos que limitaban las posibilidades. Sin embargo, al migrar, esas certezas se quiebran. Una ingeniera que nunca había cocinado más allá de lo básico descubre en una cocina comunitaria un talento para la gastronomía; un obrero que en su país solo conocía la construcción encuentra en la barbería una habilidad para las manos que lo conecta con la creatividad; una madre que nunca imaginó emprender termina levantando un negocio de repostería.
Estos giros vitales son más comunes de lo que parece. La migración abre la puerta a un escenario de reinvención donde la necesidad se convierte en impulso y la resiliencia en brújula. Según explica la psicóloga migratoria Carolina Mendoza, “el desarraigo obliga a replantearse la identidad laboral y personal. En ese vacío, muchas veces se revelan talentos dormidos que la rutina y el entorno de origen nunca permitieron explorar. Allí, lo que parecía improvisación, puede transformarse en propósito”.
La historia de miles de migrantes está marcada por este despertar. No son pocos los que, al mirar atrás, agradecen esa prueba que parecía dura al inicio. Porque, más allá de las dificultades, migrar también significa descubrir que uno no está definido solo por lo que fue, sino también por lo que puede llegar a ser. Y en esa apertura, se encuentra la posibilidad de un nuevo comienzo, cargado de pasión y de futuro.
@elinmigrante.cl

Migrar es, en muchos sentidos, una ruptura con lo conocido. No solo implica cambiar de país, costumbres y entornos, sino también enfrentarse a un espejo distinto de uno mismo. Muchas personas descubren en el proceso que habilidades que nunca imaginaron tener salen a flote en medio de la necesidad. Lo que comienza como una estrategia de supervivencia termina, en no pocos casos, convirtiéndose en un proyecto de vida.
Pensemos en quienes crecieron en familias donde el destino parecía escrito: oficios heredados, profesiones transmitidas de generación en generación o entornos que limitaban las posibilidades. Sin embargo, al migrar, esas certezas se quiebran. Una ingeniera que nunca había cocinado más allá de lo básico descubre en una cocina comunitaria un talento para la gastronomía; un obrero que en su país solo conocía la construcción encuentra en la barbería una habilidad para las manos que lo conecta con la creatividad; una madre que nunca imaginó emprender termina levantando un negocio de repostería.
Estos giros vitales son más comunes de lo que parece. La migración abre la puerta a un escenario de reinvención donde la necesidad se convierte en impulso y la resiliencia en brújula. Según explica la psicóloga migratoria Carolina Mendoza, “el desarraigo obliga a replantearse la identidad laboral y personal. En ese vacío, muchas veces se revelan talentos dormidos que la rutina y el entorno de origen nunca permitieron explorar. Allí, lo que parecía improvisación, puede transformarse en propósito”.
La historia de miles de migrantes está marcada por este despertar. No son pocos los que, al mirar atrás, agradecen esa prueba que parecía dura al inicio. Porque, más allá de las dificultades, migrar también significa descubrir que uno no está definido solo por lo que fue, sino también por lo que puede llegar a ser. Y en esa apertura, se encuentra la posibilidad de un nuevo comienzo, cargado de pasión y de futuro.
@elinmigrante.cl
Suheliz Nieves (suhelizcocina) fue la arriesgada influencers gastronómica que se atrevió a rellenar una arepa con pino, ese guiso chileno que huele a septiembre y a empanadas en la mesa familiar chilena. El resultado: un video viral y un debate que fue mucho más allá de la receta.
“Dos culturas en un solo plato”, decía el registro, que en cuestión de horas fue compartido en miles de pantallas. Y aunque muchos celebraron la audacia con comentarios como “Así funciona la gastronomía y la migración” o “Esto es sincretismo puro”, otros reaccionaron con molestia: “Un insulto a la empanada”, “Nada de mezclas”, “Arruinaron la arepa”.
Lo curioso es que el cruce de sabores no es una novedad. La historia de la cocina es también la historia de los viajes humanos. Cada ingrediente, cada técnica, es testigo de migraciones, intercambios y mestizajes. Lo confirma la propia Guía Michelin, que sitúa la “cocina fusión” como tendencia en los años 60, pero que reconoce sus raíces en tiempos mucho más remotos.
La chef chilena Javiera Maltés lo explica mejor que nadie: “Lo que vemos acá es un fenómeno natural. El pino es emblema de la empanada, la arepa lo es de Venezuela. Juntos reflejan cómo las culturas se transforman cuando conviven”.
Pero, no todo es cocina. Parte del rechazo que enfrentó Suheliz no viene del sabor de su propuesta, sino del tendencioso ejercicio de la prensa local, de los ejércitos de bots y de la conducta de grupos migrantes de cuestionables proceder que alimentan prejuicios antimigrantes. Lo cierto es que, lejos de las pantallas, en ferias, mercados y barrios, la vida cotidiana cuenta otra historia: la de mesas que se llenan de mestizajes y familias que aprenden a compartir sabores.
Felicitaciones Suheliz!
Una nota de: @elinmigrante
Video creación de suhelizcocina

Suheliz Nieves (suhelizcocina) fue la arriesgada influencers gastronómica que se atrevió a rellenar una arepa con pino, ese guiso chileno que huele a septiembre y a empanadas en la mesa familiar chilena. El resultado: un video viral y un debate que fue mucho más allá de la receta.
“Dos culturas en un solo plato”, decía el registro, que en cuestión de horas fue compartido en miles de pantallas. Y aunque muchos celebraron la audacia con comentarios como “Así funciona la gastronomía y la migración” o “Esto es sincretismo puro”, otros reaccionaron con molestia: “Un insulto a la empanada”, “Nada de mezclas”, “Arruinaron la arepa”.
Lo curioso es que el cruce de sabores no es una novedad. La historia de la cocina es también la historia de los viajes humanos. Cada ingrediente, cada técnica, es testigo de migraciones, intercambios y mestizajes. Lo confirma la propia Guía Michelin, que sitúa la “cocina fusión” como tendencia en los años 60, pero que reconoce sus raíces en tiempos mucho más remotos.
La chef chilena Javiera Maltés lo explica mejor que nadie: “Lo que vemos acá es un fenómeno natural. El pino es emblema de la empanada, la arepa lo es de Venezuela. Juntos reflejan cómo las culturas se transforman cuando conviven”.
Pero, no todo es cocina. Parte del rechazo que enfrentó Suheliz no viene del sabor de su propuesta, sino del tendencioso ejercicio de la prensa local, de los ejércitos de bots y de la conducta de grupos migrantes de cuestionables proceder que alimentan prejuicios antimigrantes. Lo cierto es que, lejos de las pantallas, en ferias, mercados y barrios, la vida cotidiana cuenta otra historia: la de mesas que se llenan de mestizajes y familias que aprenden a compartir sabores.
Felicitaciones Suheliz!
Una nota de: @elinmigrante
Video creación de suhelizcocina
Trekking al Manquehuito y de fondo el Manquehue 🏔️😍🤍
Un despertar de maravilla en nuestra Capital 🇨🇱
Gracias a @droneandrebel2.0 por capturar esta hermosa imagen.

Trekking al Manquehuito y de fondo el Manquehue 🏔️😍🤍
Un despertar de maravilla en nuestra Capital 🇨🇱
Gracias a @droneandrebel2.0 por capturar esta hermosa imagen.
El Partido Comunista de Chile (PC) manifestó su firme rechazo a lo que calificó como una “escalada militar en desarrollo” por parte de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, denunciando que esta acción representa una amenaza directa contra los principios democráticos fundamentales y la soberanía de los pueblos de la región.
A través de una declaración pública, el PC expresó su preocupación por el impacto que este despliegue militar podría tener en la estabilidad regional. “Esta situación pone en inminente peligro a nuestra región como zona de paz, vulnera la soberanía de los países y transgrede los principios democráticos esenciales para la convivencia entre naciones”, señala el comunicado.
El partido denunció que Estados Unidos ha movilizado importantes recursos militares hacia el Caribe, incluyendo tres destructores navales, un submarino nuclear, aeronaves, un buque con misiles y 4.500 marines, bajo el argumento de una “operación antidrogas”. Sin embargo, según el PC, esta maniobra encubre un objetivo geopolítico más profundo: forzar un cambio de gobierno en Venezuela, extendiendo además la amenaza hacia Cuba, país que continúa afectado por un prolongado bloqueo económico.
El comunicado también recuerda que este operativo militar sigue a una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump, que autoriza el envío de tropas a territorios extranjeros, en el contexto de lo que consideran una campaña orquestada para desestabilizar el gobierno venezolano bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
“La historia de nuestra región está marcada por intervenciones imperiales encubiertas bajo distintos argumentos, pero siempre con el mismo objetivo. Ante esta realidad, no cabe la neutralidad ni la indiferencia”, sostiene el documento. En ese sentido, enfatizan que el combate al narcotráfico y al crimen organizado debe abordarse mediante la cooperación multilateral entre Estados, y no a través del intervencionismo extranjero.
Finalmente, el Partido Comunista hizo un llamado a “defender la democracia, la paz, la no intervención y el respeto irrestricto a la soberanía nacional”.

El Partido Comunista de Chile (PC) manifestó su firme rechazo a lo que calificó como una “escalada militar en desarrollo” por parte de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, denunciando que esta acción representa una amenaza directa contra los principios democráticos fundamentales y la soberanía de los pueblos de la región.
A través de una declaración pública, el PC expresó su preocupación por el impacto que este despliegue militar podría tener en la estabilidad regional. “Esta situación pone en inminente peligro a nuestra región como zona de paz, vulnera la soberanía de los países y transgrede los principios democráticos esenciales para la convivencia entre naciones”, señala el comunicado.
El partido denunció que Estados Unidos ha movilizado importantes recursos militares hacia el Caribe, incluyendo tres destructores navales, un submarino nuclear, aeronaves, un buque con misiles y 4.500 marines, bajo el argumento de una “operación antidrogas”. Sin embargo, según el PC, esta maniobra encubre un objetivo geopolítico más profundo: forzar un cambio de gobierno en Venezuela, extendiendo además la amenaza hacia Cuba, país que continúa afectado por un prolongado bloqueo económico.
El comunicado también recuerda que este operativo militar sigue a una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump, que autoriza el envío de tropas a territorios extranjeros, en el contexto de lo que consideran una campaña orquestada para desestabilizar el gobierno venezolano bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
“La historia de nuestra región está marcada por intervenciones imperiales encubiertas bajo distintos argumentos, pero siempre con el mismo objetivo. Ante esta realidad, no cabe la neutralidad ni la indiferencia”, sostiene el documento. En ese sentido, enfatizan que el combate al narcotráfico y al crimen organizado debe abordarse mediante la cooperación multilateral entre Estados, y no a través del intervencionismo extranjero.
Finalmente, el Partido Comunista hizo un llamado a “defender la democracia, la paz, la no intervención y el respeto irrestricto a la soberanía nacional”.
Siguen llegando imágenes de la nevada en la comuna de Lo Barnechea. En estos momentos, la caída de agua nieve ya se ha transformado en nieve, y algunos pronósticos señalan que podría extenderse hasta Plaza Italia.

Siguen llegando imágenes de la nevada en la comuna de Lo Barnechea. En estos momentos, la caída de agua nieve ya se ha transformado en nieve, y algunos pronósticos señalan que podría extenderse hasta Plaza Italia.
A esta hora se registra agua nieve en la comuna de Lo Barnechea de la región metropolitana de Santiago. Algunos pronostican que podríamos tener una buena nevada para toda la ciudad.
@elinmigrante.cl
¿Les gusta la nieve?

A esta hora se registra agua nieve en la comuna de Lo Barnechea de la región metropolitana de Santiago. Algunos pronostican que podríamos tener una buena nevada para toda la ciudad.
@elinmigrante.cl
¿Les gusta la nieve?
El reciente episodio en el Embalse El Yeso, donde un grupo de personas venezolanas realizaron una fiesta de revelación de sexo usando humo en un área protegida, desató una ola de cuestionamientos en redes sociales y en los medios. Un hecho que profundiza el debate sobre la convivencia de los migrantes en Chile y el peso de los estigmas que cargamos como comunidad.
Es innegable que el rechazo hacia los venezolanos ha estado influenciado. Bots en redes sociales y titulares amarillistas han encontrado en nuestra migración un blanco fácil para sembrar miedo y división. Sin embargo, ese rechazo también nace de conductas concretas, de grupos que parecieran no entender que sus tiempos de vivir en la anarquía y la inobservancia de las normas debieron quedarse atrás, en la Venezuela de la crisis y del desorden institucional.
El crimen organizado es, sin duda, el factor más dañino para nuestra imagen colectiva. Pero también hacen daño quienes, en lo cotidiano, muestran una resistencia a cumplir reglas básicas: quienes celebran fiestas en lugares prohibidos, quienes no respetan las normas de convivencia o incluso se enorgullecen de desafiar lo que llaman “formalidades”. Sin duda, esas conductas alimentan el prejuicio de que los venezolanos no respetamos la ley. Y ese estigma, injustamente, lo terminamos pagando todos.
En El Inmigrante creemos que migrar no es solo cambiar de territorio: es también aprender a vivir bajo nuevas reglas, respetar a la sociedad que nos recibe y comprender que la libertad no es hacer lo que queremos, sino comprometernos con un orden que nos garantiza derechos y protección.
Hoy, más que nunca, nuestra comunidad necesita asumir la responsabilidad de educar, orientar y marcar distancia con esas prácticas que nos perjudican a todos. Porque si queremos que se nos vea como lo que en su mayoría somos —personas trabajadoras, honestas y deseosas de aportar—, debemos demostrarlo también en los pequeños actos cotidianos.
Migrar es una oportunidad para empezar de nuevo. No la desperdiciemos reproduciendo aquello que nos hizo huir.
El Inmigrante.
@elinmigrante.cl

El reciente episodio en el Embalse El Yeso, donde un grupo de personas venezolanas realizaron una fiesta de revelación de sexo usando humo en un área protegida, desató una ola de cuestionamientos en redes sociales y en los medios. Un hecho que profundiza el debate sobre la convivencia de los migrantes en Chile y el peso de los estigmas que cargamos como comunidad.
Es innegable que el rechazo hacia los venezolanos ha estado influenciado. Bots en redes sociales y titulares amarillistas han encontrado en nuestra migración un blanco fácil para sembrar miedo y división. Sin embargo, ese rechazo también nace de conductas concretas, de grupos que parecieran no entender que sus tiempos de vivir en la anarquía y la inobservancia de las normas debieron quedarse atrás, en la Venezuela de la crisis y del desorden institucional.
El crimen organizado es, sin duda, el factor más dañino para nuestra imagen colectiva. Pero también hacen daño quienes, en lo cotidiano, muestran una resistencia a cumplir reglas básicas: quienes celebran fiestas en lugares prohibidos, quienes no respetan las normas de convivencia o incluso se enorgullecen de desafiar lo que llaman “formalidades”. Sin duda, esas conductas alimentan el prejuicio de que los venezolanos no respetamos la ley. Y ese estigma, injustamente, lo terminamos pagando todos.
En El Inmigrante creemos que migrar no es solo cambiar de territorio: es también aprender a vivir bajo nuevas reglas, respetar a la sociedad que nos recibe y comprender que la libertad no es hacer lo que queremos, sino comprometernos con un orden que nos garantiza derechos y protección.
Hoy, más que nunca, nuestra comunidad necesita asumir la responsabilidad de educar, orientar y marcar distancia con esas prácticas que nos perjudican a todos. Porque si queremos que se nos vea como lo que en su mayoría somos —personas trabajadoras, honestas y deseosas de aportar—, debemos demostrarlo también en los pequeños actos cotidianos.
Migrar es una oportunidad para empezar de nuevo. No la desperdiciemos reproduciendo aquello que nos hizo huir.
El Inmigrante.
@elinmigrante.cl